¿QUÉ ROL TIENEN LOS ERGÓNOMOS EN LA EVOLUCIÓN SOCIAL DE LAS EMPRESAS? ERGONOMÍA Y GÉNERO

Resumen

En principio, el ergónomo adapta el trabajo a todos los trabajadores y trabajadoras, sean cuales sean sus características y capacidades.  Pero, en la práctica, "todos" puede significar "todas" las personas cuyas necesidades son visibles para los directivos, los inspectores, el sindicato o el propio ergónomo.  Las mujeres, las personas de raza, las personas de menor estatus social y las personas mayores pueden ser ignoradas a la hora de diseñar, analizar o transformar un puesto de trabajo.

Para garantizar la pertinencia de su análisis, el ergónomo puede realizar análisis específicos para poner de manifiesto la existencia de dificultades que afectan a ciertas poblaciones. Por ejemplo, las notificaciones de accidentes o enfermedades profesionales pueden analizarse en función del sexo, el estatus migratorio, la edad o la pertenencia a un grupo racial. 

Podemos dibujar un retrato de los puestos de trabajo en función de estas características demográficas, y situarlos según su posición en la línea de producción, tal y como lo han analizado, por ejemplo, Nicole Vézina en la transformación de aves de corral en la industria agroalimentaria y  Marie-Eve Major en la transformación de la centolla. Se demuestra que las mujeres se sitúan a menudo en el medio de la cadena, su ritmo de trabajo es empujado por un grupo mayoritariamente masculino aguas arriba, y arrastrado por un grupo mayoritariamente masculino aguas abajo, con consecuencias en términos de trastornos músculo-esqueléticos.

Por lo tanto, los entornos de trabajo de las mujeres pueden experimentarse de forma muy diferente a los de los hombres, y pueden presentar riesgos diferentes.  Sabemos que la segregación de los sectores industriales, las profesiones y las posiciones jerárquicas expone a mujeres y hombres a riesgos que pueden diferir.

Dentro de la misma profesión, las tareas asignadas formal o informalmente también pueden diferir según el género.  E incluso cuando realizan tareas supuestamente idénticas, las mujeres y los hombres pueden adoptar modos de operatorios diferentes, en función de sus características fisiológicas y antropométricas, e incluso porque su margen de maniobra es diferente.

Por ejemplo, en Canadá, los camareros y las camareras no trabajan en los mismos restaurantes.  Un restaurante más "elegante" tendrá más hombres que un restaurante del tipo "rápido". Cuando son camareras, es más frecuente que se les asignen tareas adicionales de "limpieza": llenar los saleros, limpiar las mesas, ir a buscar los vasos de agua.

Según los estudios, ellas caminan mucho más rápido y durante más tiempo que sus colegas masculinos, porque llevan menos platos al mismo tiempo, pero también porque ellas reciben menos propinas por cliente. En la limpieza comercial y de servicios, a las mujeres también se les asignan diferentes tareas.  Lavan más a menudo los inodoros, y menos a menudo limpian con máquinas. En el ámbito de la jardinería, se dedican más a deshierbar y menos a conducir máquinas (cortacéspedes, excavadoras).  En los cuidados a los pacientes, pueden utilizar estrategias diferentes para trasladar a los pacientes.

Se dispone de menos datos sobre la distribución de las exposiciones por raza, pero se sabe que los trabajadores y las trabajadoras de color están más expuestos a determinadas exposiciones tóxicas.  Por ejemplo, algunos están más expuestos a las radiaciones ionizantes que sus colegas blancos.  Durante la pandemia, los trabajadores y trabajadoras de color o los inmigrantes estuvieron más expuestos a las infecciones por COVID que los blancos y los nativos. Además, estas personas pueden experimentar un trato desigual en el trabajo, hasta el punto de llegar a un racismo explícito. Del mismo modo, pueden observarse cambios en las asignaciones de trabajo a lo largo de la carrera, o en función de la edad.

¿Qué deben hacer los ergónomos cuando ven este tipo de injusticia? Aunque, por el momento, las asociaciones de ergónomos no han registrado ningún principio ético al respecto, estos son obstáculos para el trabajo colectivo y para la salud mental y física en el trabajo. En colaboración con los sindicatos, los organismos gubernamentales y los empresarios, el ergónomo puede, tras una investigación, emitir recomendaciones orientadas a reducir las desigualdades en el trabajo.  Ni que decir tiene que estas recomendaciones deben ser debatidas y validadas seriamente con las partes interesadas, debates que no serán fáciles.